La Divina Comedia — Infierno 21
Quinta fosa del octavo círculo.
En esta fosa están, sumergidos en un lago de pez hirviendo, los que trafican con la justicia.
Demonios negros, armados de arpones, pinchan a los pecadores para mantenerlos sumergidos en la cosa viscosa, espesa y caliente.
Uno de los demonios los ven, los patotean, no los quieren dejar pasar, Virgilio habla con él.
Se hacen amigos del demonio, quien les comenta que el camino está cortado y les indica un atajo mientras le pide a otros demonios que los acompañen para hacerlos llegar sanos y salvos al próximo recinto.
Se pusieron en camino por la margen izquierda; pero cada uno de ellos de antemano se había mordido la lengua en señal de inteligencia con su jefe, y éste se sirvió de su ano a guisa de trompeta.
Se pedorrea el demonio.
Este canto parece una escena de El Señor de los Anillos.